Siempre digo, y lo seguiré afirmando sin cansarme, que Lanzarote es mucho más que sol y playa. En uno de mis intentos para demonstrar que esta isla es capaz de ofrecer rutas diferentes y alternativas a las que suelen vender los TTOO, he centrado mi atención en un pequeño municipio situado en la zona sureste de la isla: Tias. Éste quería ser el punto de partida de una ruta cultural que no incluyese exclusivamente noticias sobre el gran genio arquitectonico Cesar Manrique.
¿Quieres saber por qué? Entonces, lee este articulo y lo comprenderás.
A pocos kilómetros del aeropuerto de Guacimeta, se encuentra el pequeño pueblo de Tias, municipio al que pertenece la más conocida Puerto del Carmen.
Tias se sitúa en la zona sureste de la isla, a la orilla del Oceano Atlantico. Sus casas se colocan en las laderas de uno de los miles de volcanes inactivos de Lanzarote, todas pequeñas, con paredes blancas y puertas y ventanas azules, siguiendo las normas arquitectónicas del genio Cesar Manrique.
Si estás en Lanzarote, quieres escaparte un rato de los frenéticos centros turísticos y quieres un poco de tranquilidad, no dudes entonces en visitar Tias. Cuando paseas por sus calles respiras la esencia pura de la isla: tranquilidad, calma, serenidad; a penas notas los casi 5000 habitantes, no se oyen ruidos ni rumores. Todo parece estar quieto, pero nada más lejos de la realidad.
Tias es el lugar perfecto para disfrutar de la isla en su faceta menos turística; aquí encuentras de todo: bares tipicos, restaurantes y tiendas de todo tipo, menos las que te venden los clásicos souvenirs de la isla... Visita Tias y descubrirás cómo se vive en Lanzarote: en un entorno de calma absoluta, con vistas al oceano y rodeado de volcanes, tienes todo lo que puedas necesitar en tu dia a dia, ya seas un turista o un residente. Date un paseo por la Avenida Central y entra en el mundo del verdadero "conejero", aléjate por un rato de los frenéticos centros turísticos. De hecho, en los últimos años se está intentando promocionar Tias como zona comercial, por la variedad de comercios que empieza a ofrecer a todo tipo de consumidor.
Quizás haya sido por esta tranquilidad que a principio de los años 90 el escritor portugués José Saramago, que luego se convertiría en Premio Nobel de Literatura (1998), eligió este municipio como residencia, y aquí vivió hasta su muerte en junio del 2010. La que fue su casa es ahora sede de la fundación que lleva su nombre; puedes visitarla, y entender por qué el mismo Saramago la definía una casa de libros.
Un guía no solamente te enseñará los rincones más íntimos de la casa, sino te contará también anécdotas de los últimos 18 años de vida dele escritor. Las obras de arte, los objetos personales de José y su mujer Pilar, los centenares de libros te harán respirar un aire especial e inolvidable, un aire de cultura. Lo mejor del recorrido, obviamente después de la visita a la biblioteca, es la terraza: estupenda vista al océano, donde el azul del mar se une al del cielo transmitiéndote sensaciones únicas y donde puedes seguir disfrutando de la esencia más intima y pura que Pilar y sus amigos de la fundación transmiten a los visitantes.
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